-

21 marzo, 2011

Salud: La presión arterial elevada en el embarazo

Una presión arterial por encima de lo normal es una situación particularmente preocupante en la etapa gestacional, por lo cual es un motivo para la consulta inmediata al médico. Veamos las causas y lo que puede ocurrir.

Hay que diferenciar la mujer hipertensa, como condición previa al embarazo, que la presión arterial elevada como consecuencia de la situación de estar encinta. En el primer caso, con los cuidados adecuados se puede llevar adelante una gestación saludable, aunque con mayor riesgo de que ocurra lo segundo. Lo normal es que sea menor de 120 mm de mercurio (son las unidades en que se mide la presión) la sistólica y 80 mm la diastólica.

Entre las hipertensiones ocasionadas por el embarazo, encontramos la preclampsia como su forma más grave. Recordemos que una mayor presión influye en la alimentación y oxigenación del feto, por ello debemos estar atentos para evitar secuelas graves en la madre y el niño.

La preclampsia es una patología en la que la presión arterial se eleva después de la mitad del embarazo y se asocia a edemas – hinchazón – y proteinuria – pérdida de proteínas por la orina –. A veces, también puede aparecer la preclampsia cuando medición debe ser mayor de 140/90, la proteinuria mayor de 300 mg al día. Los edemas se valoran por la ganancia de un Kg. de peso en una semana y por estar los pies, el rostro y manos hinchados.

La sintomatología que puede presentar la madre, además del edema generalizado o sólo de las extremidades, es cefalea, dolor en epigastrio o hipocondrio derecho, fotopsias (visión de luces), naúseas y vómitos. Tienen más riesgo de desarrollar esta patología las mujeres con HTA crónica, diabetes, gestaciones múltiples, mola hidatiforme o hidrops fetal y primigestas (primer embarazo).

Por ello es fundamental controlar la presión arterial en forma frecuente y consultar inmediatamente ante cualquier malestar o anomalía.